De nada sirve, el rendirnos, el quedarnos de brazos cruzados, cuando se nos
presentan dificultades en la vida, es justo en esos momentos de dificultades,
donde debemos sacar todo lo que tenemos dentro, donde debemos de luchar para
superar esas esos problemas que se nos presentan, esas pruebas, que al final,
nos ayudan a ser mas fuertes en esta vida.
presentan dificultades en la vida, es justo en esos momentos de dificultades,
donde debemos sacar todo lo que tenemos dentro, donde debemos de luchar para
superar esas esos problemas que se nos presentan, esas pruebas, que al final,
nos ayudan a ser mas fuertes en esta vida.
Sin los malos momentos, los buenos no serían especiales.
Vivir rodeado de ganadores compulsivos puede hacerte sentir pequeño, diminuto y frágil cuando realmente, qué cojones, solo eres frágil, pequeño y diminuto.
Sales a la calle pensando que ojalá llueva, porque tú a veces también llueves, y te mojas, y te empapas, y te desdibujas queriendo o sin querer. Sales a comerte el mundo, pero el asfalto es duro, y morder la tierra, habiendo estado en el cielo, es una contradicción patéticamente romántica, para alguien que, como tú, siempre tuvo vértigo a los corazones voladores.
¿Dónde está el derecho a ser débil, a necesitar de otros, a caer y no levantarse de inmediato, a llorar sin un buen motivo, a ser compulsivo e impulsivo? ¿Dónde está el rojo de las lágrimas, el azul de los abrazos, el verde de las sonrisas, y el blanco de la ilusión para dibujar en dos dimensiones el placer de VIVIR éste como el último día… pese a todo?
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