Alguna vez has sido tan feliz, tan, tan feliz, que no te hizo falta vivir más?
Estoy interesada en la felicidad de los demás, soy tan feliz cuando ellos están felices que a veces cuando paro a pensar en mi vida me siento triste. No porque mi vida es triste, sino por pensar que tal vez soy la única persona que no es feliz. Yo se que nadie es feliz todo el tiempo. Pero tengo esa impresión cuando paso por alguna situación difícil digo ¿Quien nunca quiso estar en ese cuerpo hermoso y feliz al lado de una persona maravillosa? ¿Quien no ha querido ser otra persona alguna vez? O tal vez una persona diferente, mejor. Si existe alguien que nunca quiso eso que me avise y me diga como es que puedo conseguirlo. En la vida hay cosas que duelen demasiado como para intentar hablar y dejar pasar, o tal vez no sea a causa del dolor, si no por no poder decirlo. Son miedos que aveces por ser tan nuestros no podemos compartirlos con nadie, ni siquiera decirlos en voz alta. Miedos tan profundos que incluso otros miedos se asustan, del tipo que no se puede mover a no ser que quiera y este dispuesta a todo para hacerlo salir. Y probablemente debe ser esa envidia que me hace querer salir de mi. Son nuestros propios miedos los que nos asustan mas. Cuando veo a alguien feliz siento que hay paz, sin miedo. Pero me refiero a la felicidad verdadera, aquella llena de certezas, que no se consigue trasmitir en una sola sonrisa, el éxtasis que esta sucediendo. En realidad no me importa mucho como son esas sonrisas, pero si la sensación de estar feliz, es de eso que siento envidia, es esa la sensación la que quisiera poder tener siempre. Se trata del coraje de sacar para afuera esos miedos que siento. Porque sonreír por fuera es muy fácil. Quiero verlos sonreír por dentro, allí donde solo uno mismo puede ver.

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