Camina dos años por la tierra. Sin teléfono, sin piscina, sin , sin cigarrillos. Libertad absoluta. Un extremista. Un de lo estético cuyo hogar es el . Y ahora después de dos años de caminata, llega la aventura final y más grande. La batalla culminante para matar al falso ser interno y concluir victorioso la revolución espiritual. Sin estar ya más envenenado por la civilización el huye, y camina solo por la tierra para perderse en la naturaleza.
No debería negarse que la libertad siempre nos extasió. Es asociada en nuestras mentes con un escape, de la historia y opresión y leyes y fastidiosas obligaciones. Libertad absoluta. Y la carretera siempre condujo al oeste.
Los únicos regalos del mar son golpes duros, y ocasionalmente la chance de sentirse fuerte. No conozco mucho acerca del mar, pero sé que así es. Y también sé lo importante que es en la vida no necesariamente ser fuerte, sino sentirse fuerte. Medirse uno mismo aunque sea una vez. Encontrarse aunque sea una vez en las más primitivas condiciones humanas. Enfrentando la ceguera y la sordera solo, sin nada que te ayude excepto tus manos y tu propia cabeza.
Hay placer en los bosques sin senderos, hay un éxtasis en la orilla solitaria, no hay sociedad, donde se entromete su defecto, por las profundidades del mar, y la música en su rugido, No amo el hombre menos, pero más a la naturaleza